Un científico se queda embarazado por inseminación artificial para probar en sí mismoun nuevo fármaco. Le ayuda en su aventura un caótico ginecólogo, que consigue el óvulo a fecundar del banco de muestras de una despistada investigadora.
Aunque hay gags divertidos, predominaun humor burdo,con una visión del sexo permisiva y demasiado didáctica. También se defiende la familia y la maternidad, pero dando por lícitas la fecundaciónin vitro y la experimentación con embriones. Una oportunidad perdida de recuperarla magia de las comedias clásicas de enredo, del estilo de Me siento rejuvenecer, de Howard Hawks.
Jerónimo José Martín