Matthew Vaughn (Londres, 1971) retoma en su tercera película el tono descarnado e hiperviolento de su ópera prima Layer Cake. Vaughn, que comenzó siendo productor de las películas de Guy Ritchie como Lock & Stock y Snatch: cerdos y diamantes, adapta un cómic escrito por Mark Millar y John Romita Jr., dos autores que se han encargado de ensuciar el universo Marvel con sexo, violencia próxima al gore y diálogos de cloaca.
Lo que puede parecer, inicialmente, una crítica gamberra y obscena a la plaga de películas de superhéroes que padece el cine, no deja de ser otra más, simplemente más depravada, con una niña de 11 años matando gente y diciendo procacidades, adiestrada por su tarado padre. Un zumo multifrutas a base de descerebradas películas para adolescentes pervertidos, lo peor de la filmografía de Tarantino e historietas gráficas delirantes con vitola de cultura underground.