Director: Zhang Yimou. Guión: Li Feng, Zhang Yimou y Wang Bin. Intérpretes: Zhang Ziyi, Andy Lau, Takeshi Kaneshiro, Song Dandan. 119 min. Jóvenes-adultos.
China, año 859. La otrora floreciente dinastía Tang está en declive. El malestar es general y el gobierno corrupto se enfrenta a numerosos ejércitos rebeldes. El mayor y más poderoso de éstos está gobernado por un misterioso nuevo líder. Dos capitanes locales, Leo y Jin, deben capturar al nuevo líder, para lo que cuentan con un elaborado plan. El capitán Jin se hará pasar por un guerrero solitario y rescatará de la prisión a una revolucionaria, la bella y ciega Mei (Zhang Ziyi), para ganarse su confianza y llevarla a la sede secreta del ejército. El plan funciona pero, para su sorpresa, Jin y Mei se enamoran profundamente durante el largo viaje.
Zhang Yimou, después del éxito de público y crítica cosechado por «Hero», dirige una nueva película de artes marciales con aires de ópera danzada. Repite como productor Bill Kong (Tigre y Dragón).
Verdaderamente esta nueva superproducción, aun siendo menos redonda que «Hero», tiene momentos en los que solo cabe levantarse y aplaudir (sobre todo la larga y espectacular danza inicial).
Las coreografías, el vestuario, las localizaciones (chinas y ucranianas), el sonido, la fotografía, el montaje, las interpretaciones tienen mucha calidad; pero la historia es confusa, más confusa y enmarañada que en «Hero», que ya estaba bien servida. Y el guión es reiterativo y lineal, con varios pasajes eróticos bastante ridículos, que suenan a concesión.
Se entiende que los seguidores de Zhang Yimou echen de menos su cine pequeño, ese que con muy poco lograba conmover mucho.
Alberto Fijo