Una pareja de policías detiene a una joven de 16 años en la playa, delante de su familia que contempla atónita la escena. Dos años después, se juzga a la joven –que ha llevado durante ese tiempo una pulsera para controlar sus movimientos– por asesinar a navajazos a su mejor amiga.
Esta película francesa es un remake de otra argentina titulada Acusada que se inspiraba libremente en el caso de Amanda Knox. La cinta arranca bien y hace presumir un solvente thriller judicial francés en la línea de la notable Una íntima convicción. Sin embargo, pasada la media hora, la cinta muestra sus verdaderas cartas como thriller psicológico que bucea en el desconcierto de un padre de familia al enfrentarse a la doble vida de su hija adolescente. Además de unas interpretaciones solventes, hay cuestiones interesantes, como la diferencia entre la ley y la moral, y la necesidad de no prejuzgar la primera conforme a la segunda, pero a la película le acaba pesando –además de lo convencional del morbo de la temática– ese cambio de género que deja la historia en suspenso y abierta al juicio del espectador.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta