Tras un prólogo en el que unos exploradores submarinos encuentran un barco hundido cargado de tesoros, vemos a Alex, de 25 años, recién salido de la escuela diplomática, en su primer día de trabajo: le ha tocado una mesa en el Ministerio de Cultura y nadie sabe qué pinta allí ni cuál es su cometido. Pero cuando una empresa cazatesoros norteamericana anuncia en una rueda de prensa que han encontrado medio millón de monedas en una nave sin identificar, saltan las alarmas: ¿de quién es ese barco y a quién corresponde ese tesoro? Entonces a Alex le toca la papeleta de conseguir la información –identificar el pecio– y abogar por los derechos de España ante los tribunales. Contará la ayuda de Lucía, una funcionaria amargada por la escasa defensa del patrimonio que encuentra a todos los niveles.
Sí, Amenábar novela la historia de la Odyssey que expolió los restos de la fragata Mercedes en 2007. En realidad, pone en escena el cómic de Paco Roca El tesoro del Cisne Negro, que narraba de una manera “tintinesca” aquellas historias. Primero, el acto de piratería oficial de la marina británica que atacó por puro afán de lucro un pequeño convoy mercante, hundió la Mercedes y sus pasajeros. Luego, la aventura de la Odyssey, que la sacó del fondo del mar. Finalmente, la aventura de Alex y Lucía, en una lucha desigual contra los elementos por defender los derechos de España.
La Fortuna es una buena serie: tiene historia, aventura, intrigas, un juicio espectacular, romance… y Amenábar ha contado con una excelente producción, tiempo y un buen reparto. La trama inicial es sencilla: se recupera un barco y se discute su propiedad. La vida se ocupa de complicar esta realidad, y de ello tratan los seis capítulos que componen la serie. De historia y de patrimonio, de intereses venales, etc. Amenábar trata en especial del ministerio de Cultura, y defiende la labor de los funcionarios que trabajan bien y son ignorados. Los temas que aparecen son de diverso interés y calado. Hay una notable recreación histórica de una batalla naval. Las historias personales son muy desiguales, la investigación es buena, el juicio excelente, el romance es lo más flojo, los obligados discursos ideológicos y de identidad sexual son innecesarios.
La pareja protagonista, Álvaro Mel y Ana Polvorosa, es original. Amenábar ha buscado los opuestos para representar dos Españas, una progresista y liberal, conservadora la otra. Alex y Lucía pertenecen a dos mundos distintos, pero son capaces de trabajar juntos por su país, aprenden a conocerse, a respetarse, y llegan a quererse. No es mala metáfora.
