Director y guionista: Stephen Kay. Intérpretes: Thomas Jane, Keanu Reeves, Adrien Brody, Claire Forlani, Marg Helgenerger. 97 min. Adultos.
Stephen Kay es autor de teatro, guionista y actor, y ha dirigido unas pocas películas minoritarias. Uno de sus temas recurrentes ha sido el de la generación beat: y esta película se centra en una de sus figuras más representativas: Neal Cassady; éste escribía frecuentes y largas cartas a su amigo Jack Kerouac; sobre una de esas cartas construye Kay el guión.
En el año 1952, Neal Cassady tendría unos 26 años. Al menos ese periodo de la vida de Cassady no es sino pereza, abulia y dejarse llevar por el egoísmo, la irresponsabilidad, el alcohol, la droga, el sexo… e ineficaces deseos de vida honrada. Junto a toda la comprensión que merece una vida que surge de una familia rota, de una postguerra, de una depresión económica… Pero de ahí a poner sobre un pedestal esta u otras vidas de la generación beat hay un abismo.
La misma película hace ya una lectura trágica, realista, no mitificada: transmite una enorme piedad por estas vidas rotas, que se destruyen a sí mismas y a otras a su alrededor. Lo magnífico de este film tal vez sea eso, y una espléndida ambientación de los años 50 norteamericanos, un colorido, unas luces y sombras, que son verdaderos cuadros, recreación casi de los grandes pintores de la época; fotografía de exteriores que recuerda también las revistas ilustradas de esos años.
Thomas Jane en su interpretación del brillante y débil Cassady está perfecto; y perfecto Keanu Reeves, en un papel turbio, desasosegante… Claire Forlani es la frágil y quebradiza Joan, admirable en su infinito desamparo enamorado.
Pedro Antonio Urbina