La imaginación es libre y, si en lugar de estar confinados, tuviéramos el don de la ubicuidad, un buen plan de Semana Santa sería recorrer estos días algunos de los museos que, en los cuatro puntos cardinales, recogen las obras religiosas que narran los acontecimientos de los últimos días de la vida de Jesucristo, que es lo que celebran los cristianos en esta semana.
Phil Grabsky es el creador de Exhibition On Screen (“Exposición en pantalla”), una serie de documentales que pretenden –y pienso que consiguen– acercar el arte precisamente a través del cine. Se podría decir que lo que hace Grabsky es aprovechar los recursos del séptimo arte (el montaje, las explicaciones, los planos detalles, la música) para realizar exposiciones que sería imposible realizar de otro modo. Grabsky ha dirigido decenas de documentales entre los que destacan El joven Picasso, Cézanne o Renoir: Admirado y denigrado.
En La Pasión en el arte, Grabsky parte de un esquema narrativo muy simple, y al mismo tiempo valioso, porque lo que hace Grabsky es servirse del relato evangélico de la Pasión de Cristo para ir mostrando muchas de las obras que recrean esos momentos. Es decir, se trata de una lectura mínimamente dramatizada de la Pasión de Cristo, acompañada de las obras de autores como Caravaggio, Rembrandt, Velázquez o Matisse. Esta lectura y este visionado se completan con algunas breves explicaciones del historiador de la National Gallery of Art de Washington, David Gariff; de la historiadora del arte y experta en arte religioso de la National Gallery, Jennifer Silwka, y de la crítica de arte de The Times, Rachel Campbell-Johnston. Son tres primeras espadas, y a veces se echa de menos que tengan un poco más de presencia en el documental.
Claramente, estamos ante un producto de minorías, que requiere una mínima cultura y exige también, como cualquier exposición artística, cierta capacidad de contemplación. Por otra parte, aunque el valor para el creyente, sobre todo en estas fechas, sea mayor, es un documental que puede interesar también a los no creyentes. Como señala Jennifer Silwka al final del documental: “Pienso que cualquiera que decida no admirar obras de arte religioso porque no es creyente o porque no entiende lo que allí se cuenta, se está perdiendo una parte importante de su herencia cultural, que es una parte importante de su propia historia”.
El documental, estrenado el lunes 6 de abril, y distribuido por Acontracorriente Films, puede verse en la sala virtual de cine que ha impulsado esta distribuidora y en las plataformas Movistar, Vodafone y Rakuten TV.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta