Jota Bayona es un director experimentado. Y como cineasta experimentado es consciente de que el proceso de rodar una película como La sociedad de la nieve es casi tan interesante como la película misma.
Porque en La sociedad de la nieve hay –como en toda producción que se estrena– un director, actores, extras, cámaras y técnicos, pero hay, además, personas reales detrás de los personajes, cientos de dificultades de producción para recrear un accidente, contratiempos atmosféricos al rodar en la montaña, retos físicos para hacer creíbles dos meses de ayuno, y tsunamis emocionales de un equipo que se ha involucrado hasta el infinito para dar voz a quienes perdieron la vida en la montaña y a quienes sobrevivieron en condiciones inimaginables.
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