Un reportero y un cámara de televisión de una cadena norteamericana han trabajado juntos en bastantes conflictos bélicos. Sus vidas toman distintos derroteros después de un incidente embarazoso durante la guerra de Bosnia que provoca que el reportero caiga en desgracia. Pero, pasados los años, se reencuentran en Sarajevo para cubrir el quinto aniversario del final de la guerra. Ambos, acompañados por un periodista novato -hijo de un vicepresidente de la cadena y recién salido de Harvard-, se lanzarán a la busca de un criminal de guerra.
Shepard es un director mediocre y es evidente que la película le viene grande: aborda un asunto muy relevante y muy doloroso, con un tono muy superficial, lleno de arquetipos y clichés, hasta tal punto que hay tramos de la cinta en que pierde el compás y casi no lo recupera. Los actores, gente muy prestigiosa, parecen haberse dado cuenta de que el guión del propio director es muy deficiente en cuanto a estructura dramática y construcción de personajes; y hacen lo que pueden para llevarlo adelante: gracias a ellos la película queda a flote.