16 de agosto de 2022. Sobre la arena de La Malagueta, el toro bravo Tabacalero se encuentra al matador de toros Saúl Jiménez Fortes en una lidia que será la última para uno de los dos.
Este conflicto vertebra el documental La última lidia, de la productora CAPA (Grupo iZen), que fue presentado en el Festival de Málaga y que llega ahora a las salas de cine para plantear al gran público el debate sobre la controvertida fiesta de los toros que cautivó a Ernest Hemingway y horrorizaba a Juan Ramón Jiménez.
Escritores, periodistas, veterinarios, ganaderos, investigadores en ética animal, activistas y animalistas. Grandes nombres como Mario Vargas Llosa o Rosa Montero. Voces –detractoras y favorables– que se dan cita en este documental para realizar una fotografía completa de la polémica tradición.
Este largometraje no tiene miedo de abordar los matices artísticos y morales que plantea la cuestión de la tauromaquia, sin dogmatismos y sin rehuir las preguntas complejas que pueden no quedar totalmente respondidas.
En tiempos de polarización e intransigencia, La última lidia es un espacio de encuentro en el que se plantean cuestiones como qué es la cultura, la contradicción del ser humano, la crueldad con los animales o el sentido de la vida y la muerte.
Un trabajo impresionante de quien reconoce que la realidad es poliédrica y se esfuerza por mostrar todas sus caras. Además de una labor impecable en sus aspectos técnicos.
No se esperaba menos de Tomás Ocaña, productor ejecutivo, director y periodista de investigación, que ya ha recibido por sus trabajos anteriores reconocimientos como los premios Emmy, Peabody, Ondas, Ortega y Gasset o el Pulitzer.
El gran valor del documental es su reparto, reto de todo documentalista que no puede fabricar a sus personajes como en el cine. Aquí, el olfato de la guionista y periodista Carmen Estirado para seleccionar a los entrevistados ha sido determinante.
El guion hace un excelente encaje entre todos ellos y mantiene un ritmo que evita que sea una sucesión aséptica de declaraciones a favor y en contra, y convierte el documental en un auténtico baile que enfrenta en la plaza, como a toro y torero, todas las aristas de este ¿arte?