Producción norteamericana de policías y ladrones muy poco original. Es la resultante de haber copiado con descaro personajes y situaciones de otras películas recientes como Ocean’s Eleven, The Italian Job, Crash y otras cinco o seis más. La música disco marca el tono de una película mediocre y rutinaria, que incluye una breve secuencia erótica. Las interpretaciones, incluso la de Matt Dillon, son casi autoparódicas.
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