La solitaria millonaria inglesa y valiente buscadora de tesoros Lara Croft se enfrenta a una turbia secta milenarista, los Illuminati, que quieren hacerse con las dos mitades de un triángulo mágico. La unión de esos dos fragmentos les dará el dominio sobre el tiempo y el espacio durante una singular alineación de tres planetas, que se produce cada 5.000 años. Esta búsqueda lleva a Lara y a sus enemigos de Londres a un impresionante templo camboyano, y de allí a un remoto paraje ártico de Siberia. Además, enfrentará a la aguerrida arqueóloga con oscuros secretos de la vida de su padre, cuya muerte todavía no ha asumido plenamente. Todo ello, en solo 48 horas.
Esta primera aparición cinematográfica del famosísimo personaje de videojuegos se limita a ofrecer un guión previsible y esquemático, cuya única misión es facilitar la exhibición física de Angelina Jolie y el lucimiento de unos efectos especiales muy espectaculares. Simon West (Con Air, La hija del general) hilvana con agilidad las diversas escenas de acción, pero su puesta en escena carece de personalidad. Esta opción y la falta de entidad dramática del argumento provocan que el espectador no se enganche plenamente en la trama, sobre todo en los poco creíbles y tediosos interludios dramáticos. Por lo demás, el tono es violento, frívolo y sensual; pero casi nunca cae en excesos desagradables.
Jerónimo José Martín
