Larry, amable cuarentón, dependiente en unos grandes almacenes, es despedido por no tener estudios superiores. Sus jefes le explican que sin estudios no puede ascender, y no les queda más remedio que prescindir de él. Larry se matricula en la universidad, y con su bonhomía e ingenuidad como único bagaje, hace amigos (un grupo de simpáticos jóvenes moteros), aprende, y de paso conoce a una mujer que se parece mucho a Julia Roberts…
La segunda película dirigida por Hanks –recuerden The Wonders– tiene mucho que ver con la primera: el protagonista y sus amigos son algo “retro”, el oportuno tema musical con que arranca la película Hold on Tight to Your Dream es un clásico de ELO; además, Larry tiene algo de Forrest Gump, es todo candor e ingenuidad. El público se encontrará con una historia amable, llena de anécdotas divertidas, aunque difícilmente creíbles.
El guión es mínimo, apenas una serie de anécdotas –algunas realmente buenas y bien contadas– en torno a unos personajes, pero no hay historia. Hay situaciones difíciles que se exponen sin dramatismos, y hay otras –agradables–, que se subrayan. La gente es buena y reacciona bien si tiene ocasión de hacerlo es el ingenuo mensaje principal, al que se une otro, tan evidente que puede pasar inadvertido: los estudios son importantes y útiles.
No es una buena película, pero sí una agradable comedia romántica, que sigue el manual y reúne actores con encanto.