A sus cuarenta años, Jonas está decidido a no renunciar a su pareja a pesar de que ella está convencida de romper. En ese intento de recuperación intentará poner por escrito todo lo que siente por ella mientras recibe los consejos de su exmujer, el camarero del bar…
Tiene reparto y premisa esta película francesa que pretende ser agradable y divertida sin importarle ser demasiado simple e inverosímil. Hay escenas encantadoras gracias a situaciones construidas con ingenio y que reflejan esa afectividad intensa y efímera que tanto fascina a los cineastas franceses, y que casi se ha convertido en patrimonio de la humanidad. Con un poco más de profundidad y sugerencia en el desarrollo de la trama y los personajes, la película podría ser una obra mayor, pero se queda en un aperitivo artificial con muy poco recorrido dramático, en la línea del resto de la filmografía de su director y guionista Jérôme Bonnell (El tiempo de los amantes, Los ojos claros).