Xavier Giannoli adapta a Balzac llevando a la pantalla una parte de Las ilusiones perdidas, considerada la primera novela moderna. Antes de Balzac y de los realistas, la narrativa no era capaz de tanta envergadura, de contener en una sola obra historia, política, cuadros de costumbres, análisis psicológico de los personajes, ensayo; en definitiva, de pintar al completo la crónica de toda una sociedad.
El fragmento escogido para la adaptación sigue a Lucien de Rubempré, un joven poeta provinciano en su llegada al París de la primera mitad del siglo XIX, lleno de ingenuas esperanzas sobre el amor y sobre la literatura que irá perdiendo a lo largo de la trama.
La película de Giannoli es un drama de época al que hay reconocerle la buena lectura…
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