Director: Frank Oz. Guión: Paul Rudnick. Intérpretes: Nicole Kidman, Matthew Broderick, Glenn Close, Shristopher Walken, Bette Midler, Faith Hill, Jon Lovitz, Roger Bart. 93 min. Adultos.
Tras ser despedida como presidenta de una cadena de televisión, Joanna, su cariñoso marido y sus dos hijos dejan Nueva York y se instalan en el pueblo de Stepford, Connecticut, donde todo se adecúa al ideal del American way of life. Pero pronto la rebelde Joanna ayudada por una escritora liberal y un homosexual descubren el turbio secreto de tal perfección.
Esta película se basa en la novela Las poseídas de Stepford, de Ira Levin, ya llevada al cine en 1975 por Bryan Forbes. Si la novela y su primera versión fílmica eran thrillers de terror, ahora Frank Oz (Cristal Oscuro, ¿Qué pasa con Bob?, In & Out, La llave mágica) ha dado una vuelta de tuerca hacia no se sabe dónde. De hecho, lo único salvable es el diseño de producción, que imita el estilo de los años 50, ya recreado recientemente en Pleasantville, Lejos del cielo o Abajo el amor. Por lo demás, la realización de Oz no pasa de convencional y el excelente reparto -al igual que el espectador- no acaba de comprender el tono de la película, y navega entre el histrionismo y la sosería.
Y es que el guión de esta sátira social adopta un humor negro tan disparatado y tosco que cuesta reírse con él. Además, sus certeras críticas iniciales a la televisión basura, la cultura de las apariencias y los excesos del feminismo radical respecto a la integración laboral de la mujer dan paso luego a una mordaz caricatura del modelo tradicional de familia, y en concreto del afán de mejora y perfección, muy confusa en sus postulados y grotesca en la caótica intriga de su desarrollo.
Jerónimo José Martín