Una pareja de gais pasa las vacaciones con su hija adoptada en una idílica cabaña en medio del bosque. La irrupción de un extraño cuarteto anunciando el apocalipsis llevará a la pareja a una angustiosa disyuntiva.
El estreno de lo nuevo de M. Night Shyamalan siempre encierra la esperanza –cada vez más remota– de volver a disfrutar algo de la genialidad de El sexto sentido, El bosque o incluso El Incidente. No hay nada de esto en Llaman a la puerta, una correcta cinta de suspense con un dilema ético inspirado en el clásico caso del tranvía (o del maquinista).
La trama –de puro simple– es inane; la innovación narrativa, inexistente, y los temas de discurso que podía esconder la historia –desde si se trata de una agresión homófoba hasta el val…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.