La hermana Marina (Carmen Machi) tiene que hacerse cargo, durante el verano, de un grupo de chavales huérfanos. Los chicos están de vuelta de todo y son indomables, pero la monja sabrá llegar a ellos y educarles a través del fútbol. Un argumento poco original que es ya casi un subgénero. Pero la actriz sabe llenar de frescura esta clásica historia de maduración.
Por otra parte, el retrato que hace de la Iglesia es positivo, exceptuando la figura antagónica del vicario y un par de momentos irreverentes. Aunque al final queda clara la vocación del servicio cristiano a los más desfavorecidos, pesa el tono superficial de la cinta, que casa poco con una historia basada en un hecho real.
Estaríamos ante una simpática cinta familiar si no fuera po…
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