Superproducción francesa que explota, una vez más, el clásico de Dumas. Planteada desde el comienzo en dos entregas, esta primera parte ha contado con un presupuesto de 70 millones de dólares y con un plantel de actores reconocidos, como parte del atractivo de la cinta.
Destinada a un público amplio, es un producto de entretenimiento que, sin ser sobresaliente, funciona bien. Además del reparto, lo más destacado es el diseño de producción y cómo se recrea la corte francesa del reinado de Luis XIII. Las escenas de acción están bien rodadas, pero no son brillantes, y lo mismo ocurre con los diálogos, la subtrama de amor, los conflictos o la forma de poner punto final a la primera parte. No obstante, la película es agradable de ver y entretiene.