Un exitoso autor de libros de autoayuda que da cursos a gente sufriente, hace lo que hace por un doloroso acontecimiento que marcó su vida hace tres años. La dueña de una floristería (una estupenda -por fin, en cine- Jennifer Anniston) no es feliz, pero disfruta con su trabajo y no se cansa de esperar alguien que la ame de verdad. Estamos en la famosa Seattle y la historia de amor -conmovedora, sutil y divertida- esquiva, casi siempre, la sensiblería.
De esta cinta, ópera prima de los creadores de la serie de TV John Doe, se puede decir que como melodrama es convencional y no inventa la pólvora. Pero Love Happens tiene una historia poderosa, tiene buenos personajes interpretados con una soltura llena de encanto, tiene diálogos bien construidos, tiene optimismo, tiene vitalidad, tiene chispa, tiene humor, sabe emocionar. Y se ve con agrado.
Algo se mueve en el dramedy romántico de Hollywood, y el movimiento es a mejor. Películas como ésta se suman a lo que podríamos llamar casi una tendencia, con una llamativa renuncia al sexo explícito y a otros lugares comunes. Y es que, de alguna manera los que mandan y ponen el dinero han debido de decir que ya está bien de comedietas o dramitas rutinarios y tópicos.
¿Vuelven las historias de amor de aire victoriano? En cierto modo, sí.