Los Mallard son una familia de patos que recuerda a Los Croods. Papá Mack protege demasiado a los suyos y no quiere salir –ni que salgan– de su cómodo estanque en Nueva Inglaterra, mientras que mamá Pam y los dos hijos: Dax, adolescente, y Gwen, la peque, están deseando ver mundo. Cuando ven partir a sus amigos rumbo al sur, todos conspiran para convencer a Mack de volar a Jamaica, pasando por Nueva York.
La animación es excelente y los protagonistas dan pie a que el estudio se luzca con múltiples escenas aéreas. La película es entretenida y tiene gags y situaciones divertidas, pero se trata de una historia que, a medio camino, se queda sin ideas: la familia pata vuela a Jamaica, y ya está. En Nueva York aparece un villano, un cocinero que prepara pato a la naranja, que da poco de sí.
Está claro que un guion de Benjamin Renner y Mike White (The White Lotus) prometía más. Con todo, se trata de un filme simpático, familiar y positivo, que no es poco.