Según la directora y guionista Inés París, hacia 1590 William Shakespeare, célebre autor de comedias, desapareció una larga temporada de Londres sin que nadie haya sabido nunca a qué se debió esa ausencia. Descubriremos que Shakespeare tenía una amante española, Leonor (Elena Anaya), que le dejó para casarse con un poderoso, viejo, feo y viudo duque castellano. Una vez instalada en casa de su repulsivo prometido, éste recibe la visita de un inspector de Hacienda llamado Miguel de Cervantes (Juan Luis Galiardo), antiguo soldado, aficionado a la escritura pero, en estos momentos, abandonado por las musas. Leonor le ayudará a recuperar la inspiración. En estas también llega a palacio William Shakespeare, incapaz de vivir separado de su amada. Los dos escritores van a poner en peligro la reputación y la vida de su musa.
La directora de «A mi madre le gustan las mujeres» y «Semen, una historia de amor», fiel a su trayectoria, logra la difícil hazaña de estropear una buena historia que cuenta con buenos actores en los principales papeles. Sucia, zafia, irreverente, sin gracia, con recurso a los peores tópicos y anacronismos. Gusto particularmente malo por cuanto el material de partida era de primera calidad.
Fernando Gil-Delgado