96 min. Jóvenes-adultos.
Después de la notable Cronos, el joven mexicano Guillermo del Toro (33 años) hace una nueva incursión en el género de terror, con generoso presupuesto estadounidense.
Nueva York. Una extraña epidemia causa estragos entre la población infantil. La doctora Tyler logra detenerla gracias a unos insectos manipulados genéticamente. Años después, unas misteriosas muertes coinciden con el descubrimiento de un espécimen de insecto en los túneles del metro. Algo ha sobrevivido allí abajo, mutado en peligroso depredador.
El film sabe contraponer la ciencia, su pretensión de controlar y explicarlo todo, con las emociones, lo desconocido, lo trascendente si se quiere. Los experimentos de la doctora, tan exactos, contrastan con su deseo de ser madre, lo más natural del mundo. Por otra parte, el progreso no puede evitar la marginación, el drama de los chicos en la calle, la pobreza.
Del Toro maneja con destreza las bazas del miedo y el suspense, sobre todo en la claustrofóbica parte de los subterráneos, que recuerda a Alien, el octavo pasajero. Música siniestra, fotografía oscura, decorados inquietantes, proporcionan la atmósfera adecuada. Quizá haya exceso en lo sanguinolento y viscoso, aunque se suponga que un film del tipo que se comenta exige eso.
José María Aresté