Director: Lee Tamahori. Guión: Neal Purvis y Robert Wade. Intérpretes: Pierce Brosnan, Halle Berry, Toby Stephens, Rosamund Pike. 123 min. Adultos.
Muere otro día, la última de la saga Bond, tiene un arranque que presagia una fantasmada con cierto estilo, pero no es así. La película, compuesta de tres o cuatro piezas cosidas de cualquier manera, hace un poco imaginativo uso de las armas habituales de la franquicia 007, a saber, aguerridas y provocativas damas, malos malísimos y tontísimos, localizaciones extravagantes, aparatejos curiosos y abundante ensalada de tiros, erotismo, carreras y explosiones.
El neozelandés Tamahori (El desafío, La hora de la araña) filma bien -incluso muy bien- la acción, pero no consigue imprimir un mínimo de ritmo a un guión que, no es que sea malo, es que no existe. Uno se pregunta por qué será tan difícil -con tantos medios- hacer una película entretenida. Quizás porque se piensa que hay que tener al espectador botando en el asiento cada cinco minutos. Siguiendo la moda de rodar en ciudades con encanto, queda la curiosidad de ver una habanera Cádiz y una londinense Madrid fotografiadas por David Tattersall, responsable de los Episodios I y II de Star Wars. A Brosnan, mayor para el surf pero actor solvente, le acompaña una artificial Halle Berry, de cuerpo presente.
Alberto Fijo