Manuel Tamayo Prats es un viejo crítico gastronómico, snob, dandy y muy maniático. Cuando repentinamente se queda sin su asistenta de toda la vida todo se le vuelve patas arriba y tiene que desembarazarse del ornato para enfrentarse a la vida real. Antonia, una joven paraguaya, desesperada por encontrar trabajo, le acompañará en esta nueva fase y en sus descubrimientos.
Estamos ante un nuevo producto del dueto formado por Mariano Cohn y Gastón Duprat, los realizadores y guionistas argentinos que se están especializando en el retrato de caracteres a través de series como El encargado (2022), Limbo (2022) u Horario estelar (2023). Esta vez su personaje es algo histriónico, pero en el fondo tierno, un punto fuerte en el que se apoya la comicidad de la historia. En gran medida el éxito de esta nueva ficción, que está consiguiendo encandilar a gran número de espectadores, reside en la interpretación de su protagonista principal. Luis Brandoni, conocido actor y cómico porteño, consigue conmover y hacer reír bajo la piel del crítico culinario inadaptado a la vida moderna. Todo un personaje al que se le quedan cortos los apenas cinco capítulos de la serie.
Resulta también muy notable la interpretación de Majo Cabrera como la nueva asistenta, en el que es su primer gran papel internacional como actriz. El choque entre la vida hedonista y superficial del viejo mundo –que representa Manuel–, y la frescura y resiliencia del nuevo, que encarna la joven, deja momentos muy memorables y cierto poso de reflexión entre plato y plato. La presencia de Robert de Niro, narrador de la historia y guía del espectador por el mundo de los coloquialismos porteños, es también otro de los ingredientes fuertes.
El producto final es elegante y bien medido. Apuesta por un humor inteligente, algo socarrón y muy humano, que termina por hacer que te encariñes hasta con los personajes secundarios y sus pequeñas miserias. La crítica al atolondrado –y cursi– mundo woke en el que se mueve actualmente occidente es también magnífica en alguna secuencia. Consigue ser divertida y muy agradable, aunque como dice Tamayo: «sobre gustos está todo escrito».
Gema Pérez Herrera