En el año 2016 un grupo de cinco jóvenes, que se autodenominaba La Manada, agredieron sexualmente en las fiestas de San Fermín a una joven. La primera sentencia, que concluía señalando que había habido abuso y no agresión, provocó un movimiento social en España sin precedentes. Además de la revisión de la condena, estas protestas supusieron el germen de lo que luego sería la ley del Solo sí es sí.
El documental de Almudena Carracedo, que se ha colocado en cabeza de lo más visto en Netflix en pocos días, tiene un indudable valor periodístico y de contexto y ayuda a recordar unos hechos, o a describirlos para quien no los conoció en el momento. Es especialmente interesante la reconstrucción que se hace de las primeras horas después de la agresión y del eficaz trabajo de la policía, atendiendo a la víctima, informando a los padres y consiguiendo identificar a los agresores entre miles de jóvenes vestidos exactamente igual.
La decisión narrativa de no subrayar los aspectos más morbosos del caso, y al mismo tiempo dar voz a las víctimas con la magnífica locución interpretativa de dos grandes actrices como son Natalia de Molina y Carolina Yuste, es brillante y muy acertada. El documental impacta, pero el espectador no se siente manipulado en ningún momento.
Se echa de menos, eso sí, un análisis más profundo de lo que hay debajo de la violencia machista, un cuestionar las raíces de unas relaciones absolutamente cosificadoras, un poner el foco en algunos aspectos que no facilitan la igualdad. Y sorprende que un documental valiente en su planteamiento omita la situación actual, con un crecimiento de la violencia machista y una ley que, apoyándose en una reforma necesaria, ha nacido herida por su sectarismo y exceso de ideología.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta