Alcarràs
Directora: Carla Simón. Guion: Arnau Vilaró, Carla Simón. Intérpretes: Ainet Jounou, Albert Bosch, Anna Otín, Jordi Pujol Dolcet, Josep Abad Pipó, Xenia Roset. 120 min. Jóvenes-adultos (lenguaje soez). Prime Video, Movistar+, Orange, Rakuten TV, Orange.
Una familia de agricultores en Alcarràs (Lleida) ve cómo sus tierras de melocotoneros son arrasadas para poder construir unas plantas de placas solares. Al contrario que en la imaginación de sus hijos, que fantasean con un ataque alienígena, aquí no hay naves espaciales ni grandes explosiones, pero el destino que les espera es apocalíptico.
Carla Simón, directora de Verano 1993, cuenta ahora una historia que es, también, un duelo: “Se desarrolla durante todo un verano en el que mis tíos y primos perdieron el medio de vida que habían heredado desde varias generaciones”. La tragedia, sin embargo, no tiene la falta de oxígeno que suele acompañar a este tipo de historias de desarraigo e injusticia social. “Quería mostrar cómo en medio de tantas dificultades está una familia numerosa y unida, que hace que los personajes no se quiebren”. El filme ganó el Oso de Oro en Berlín, algo que no lograba una producción española desde que lo obtuvo La colmena, en 1983.
Arthur Rambo
Director: Laurent Cantet. Guion: Fanny Burdino, Laurent Cantet, Samuel Doux. Intérpretes: Rabah Nait Oufella, Antoine Reinartz, Aleksandra Yermak, Sofian Khammes, Anaël Snoek, Anne Alvaro. 87 min. Jóvenes-adultos (sexo). Movistar+
El escritor Karim D., de origen árabe, se ha convertido en un influencer necesario para contrarrestar las corrientes políticas favorables a imponer mayores restricciones en la política migratoria francesa. Pero todo cambia cuando se descubre que, hace varios años, el joven utilizó el seudónimo Arthur Rambo para realizar comentarios homófobos y antisemitas en redes sociales.
El cine de Laurent Cantet (Recursos humanos, La clase, Regreso a Ítaca) refleja la actualidad de modo atractivo y dinámico. En Arthur Rambo muestra con agilidad la vanagloria e influencia de un joven que parece haber llegado en el momento más indicado para cambiar la sociedad, y que pasa de héroe encantador a villano imprevisto. La película abre muchos debates con diálogos incisivos y escenas de construcción muy hábil. Lo más acertado del guion, la relación del protagonista con su familia, permite descifrar las capas de verdad y disfraz que tiene un personaje público de esas características.
El milagro del padre Stu
Directora y guionista: Rosalind Ross. Intérpretes: Aaron Moten, Cody Fern, Jacki Weaver, Malcolm McDowell, Mark Wahlberg, Mel Gibson, Ned Bellamy, Niko Nicotera, Ronnie Gene Blevins, Teresa Ruiz. 124 min. Jóvenes (lenguaje soez). Movistar+
Stuart Long (Mark Wahlberg) es un pobre diablo de Montana, infantil, divertido y pendenciero, que está traumatizado por la muerte de su hermano menor y la separación de sus padres: Kathleen (Jacki Weaver), una sencilla y angustiada ama de casa, y Bill (Mel Gibson), un tosco obrero que huyó a Los Ángeles. Tras fracasar como boxeador, Stuart se muda a California para hacerse actor, pero fracasa de nuevo y acaba de carnicero en un supermercado. Allí se enamora de una chica profundamente católica, por cuyo amor Stuart va a catequesis y se bautiza. Un brutal accidente lo lleva a plantearse otro radical cambio de vida: hacerse sacerdote. Pero la Providencia le reserva más sorpresas.
Por su tono descarnado y malhablado, su hondura dramática y sus eficaces contrapuntos de humor, El milagro del padre Stu recuerda a filmes de Gibson como El hombre sin rostro o Hasta el último hombre, aunque nunca alcanza su potencia formal e interna. En cualquier caso, se trata de una conmovedora y optimista exaltación de la capacidad de redención del ser humano, con una visión muy atractiva del catolicismo y, en concreto, de la acción de la gracia, el poder de la oración, el sentido del sufrimiento y el valor de una caridad inagotable hacia todos.
Mass
Director y guionista: Fran Kranz. Intérpretes: Ann Dowd, Jason Isaacs, Martha Plimpton, Reed Birney. 110 min. Jóvenes-adultos. Movistar+
El hijo de Richard y Linda causó una pérdida irreparable para el matrimonio de Jay y Gail. Años más tarde, los cuatro están dispuestos para hablar de lo que sucedió y procurar comprender los motivos del mal más perverso e imprevisto que todavía padecen, consecuencia de la violencia juvenil.
El filme de Fran Kranz, premio del Jurado joven en San Sebastián, se apoya en interpretaciones minimalistas del cuarteto protagonista, que es consciente de tener un guion sutil sobre la culpa y el perdón desde una perspectiva cristiana. El director investigaba sobre tiroteos masivos en EE.UU. cuando se enteró de estas reuniones entre familiares de víctimas y victimarios, encuentros que son –dice– un “simple esfuerzo por sanar, aprendiendo sobre la verdad y, posiblemente, encontrando el perdón y la reconciliación”. Su acercamiento al tema ha fructificado en una película que se sitúa junto a algunos de los grandes filmes sobre el perdón, como Pena de muerte, de Tim Robbins, o Maixabel, de Icíar Bollaín.