Ucrania, 2013. El país es un hervidero. La tensión política que estallará en la revolución del Euromaidán crece cada día. Olga tiene 15 años y es gimnasta de élite y su sueño es participar en los Juegos Olímpicos. Vive en Kiev con su madre, una periodista muy comprometida en la denuncia de los abusos del régimen del presidente Víktor Yanukóvich. Una noche, madre e hija sufren un atentado –del que salen prácticamente ilesas– y deciden que Olga se vaya a vivir a Suiza, país originario de su padre. La joven gimnasta, además de integrarse en un nuevo equipo, tendrá que superar la preocupación por su madre y por su país.
El joven director francés Elie Grappe (28 años) debuta en el largometraje con una interesante propuesta que mezcla el drama deportivo con el thriller político. La actualidad del conflicto en Ucrania aporta a la película, además, un valor periodístico con el que Grappe no contaba cuando rodó la cinta.
Olga puede diseccionarse, por lo tanto, como un estimable reportaje que recuerda las manifestaciones que se iniciaron en noviembre de 2013 y terminaron con la caída del presidente prorruso Yanukóvich, contrario a que Ucrania estrechara lazos con la UE. En el fondo, de aquellos polvos, estos lodos, y la guerra entre Rusia y Ucrania no puede entenderse sin la revolución del Euromaidán.
Pero la película es también un potente drama deportivo que recoge la exigencia del deporte profesional, y en concreto, de la gimnasia deportiva, una modalidad en la que compiten personas muy jóvenes, sometidas a una importante presión que tienen que gestionar con la inmadurez propia de la adolescencia.
Y, sobre todo, Grappe plantea cómo la joven protagonista lidia con su conflicto personal y social al mismo tiempo, tratando de conseguir un complejo equilibrio entre sus metas deportivas y las aspiraciones de su país.
A pesar de sus limitaciones como ópera prima y escaso presupuesto, y de que su tono documental podrá resultar frío a algunos espectadores, Olga es una película ambiciosa, densa y concentrada –apenas 90 minutos–, que además cuenta con el incentivo de una potente fotografía que recrea los absorbentes y bellísimos entrenamientos de las gimnastas. Una pequeña joya.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta