No podía pasar inadvertido a los productores el éxito de ciertos títulos del cine español sensibles ante los problemas de nuestra realidad social. Solas o Barrio han sido pioneros que han puesto de manifiesto la existencia de un sector del público interesado ante este tipo de productos. Esto ha propiciado que en los próximos meses se vayan a estrenar varios títulos en esta línea. De momento, llega Pídele cuentas al rey, que afronta el cierre de las explotaciones mineras. Se trata del debut en el largometraje de ficción del realizador asturiano José Antonio Quirós, curtido en el documental.
Cuando se cierra la mina de carbón en la que trabaja, Fidel decide caminar junto con su familia a Madrid, para ser recibido en audiencia por el Rey y llamar así la atención sobre su derecho, no a un subsidio, sino a un trabajo digno.
Quirós no elude cierta crítica política -en concreto hacia los sindicatos y hacia la gestión del PSOE- y se muestra alarmado ante la falta de solidaridad entre los propios trabajadores, o frente a los inmigrantes. Sin embargo, dota a su film de un tono amable, positivo, y apuesta por la unión de la familia ante la adversidad. Todo esto da lugar a inteligentes secuencias. Adriana Ozores, la esposa, y Jesús Bonilla, el sindicalista, destacan entre el eficaz reparto. El conjunto no resulta redondo pero es, cuanto menos, interesante.
Juan Luis Sánchez