Director: Spike Lee. Guión: Russell Gewirtz. Intérpretes: Denzel Washington, Jodie Foster, Christopher Plummer, Willem Dafoe, Chiwetel Ejiofor. 129 min. Jóvenes. (V)
Seguramente el título más comercial del afroamericano Spike Lee, que se circunscribe al cine de «atracos perfectos». El guión de Russel Gewirtz describe el asalto a un banco en Wall Street con toma de rehenes. Lo más original del planteamiento es que los atracadores obligan a sus víctimas a ponerse monos y pasamontañas idénticos a los que portan ellos, lo que podría acabar confundiendo a la policía y deparar alguna sorpresa. Con puntos de intriga acerca de lo que pretenden los asaltantes, un presidente del banco muy preocupado por lo que encierra cierta caja de seguridad, unos policías que ven que aquello no va a ser coser y cantar y una mujer resolutiva, acostumbrada a limpiar los trapos sucios de los poderosos, discurre la historia, que se sigue con interés aunque está estirada en exceso.
La principal aportación de Lee es la rabia contenida y la frustración de los personajes, los miedos y desconfianza generados tras el 11-S, lo que se revela en pequeños detalles bien introducidos, y que conecta bien con «La última noche», donde aquel era el tema dominante. Menos habilidad hay en los pasajes de acción, donde el cineasta prefiere que prevalezca una atmósfera claustrofóbica demasiado agobiante.
José María Aresté