Segunda película del argentino Ezequiel Radusky, después de obtener una Mención Especial del Jurado en Cannes con Los dueños (2013).
Lila, la protagonista magníficamente interpretada por Liliana Juárez, lleva 30 años haciendo la limpieza de un edificio estatal. También atiende por iniciativa propia un comedor informal para que cada trabajador pueda tener un rato de descanso a un módico precio. Su ilusión es acertar con los menús de cada uno.
La película recuerda, por su sensibilidad, a títulos latinoamericanos con personajes femeninos desbordantes de bondad y empatía como Conducta de Ernesto Daranas (2014), Una segunda madre de Anna Muylaert (2015), o Roma de Alfonso Cuarón (2018). Aunque quizás en el último tramo se eche en falta el talent…
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