El nombre de Lawrence Kasdan está unido a guiones tan importantes como el de En busca del arca perdida, El Imperio contraataca y El retorno del Jedi. Como guionista y director es responsable de media docena larga de películas notables, entre ellas, la estupenda Grand Canyon (una aguda fábula sobre la deshumanización). Pero, como a la mayoría de los genios, le llegó su ocaso en forma de casi una década sin rodar y con proyectos mediocres.
Después de adaptar una novela de Stephen King, El cazador de sueños, en 2003, Kasdan regresa con una cinta muy pobre: la historia de un matrimonio maduro enfrentado al “terrible drama” de la pérdida de su perro.
La historia es tan inane que ni un medido Kevin Kline ni el siempre sobresaliente Richard Jenkin…
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