Intérpretes: Kim Bassinger, Marcello Mastroianni, Sophia Loren.
La moda está de moda: diseñadores y modelos acaparan espacio en los medios de comunicación. Robert Altman aprovecha este tirón para realizar un film coral, en el que numerosos personajes se reúnen en París para mostrar o ver las últimas creaciones de temporada. Sus historias se entrecruzan en un modo de contar recurrente en el director de Nashville o Short Cuts.
¿Qué le falla al film de Altman? Algo bastante importante: el guión. No hay un sustrato sólido, capaz de vertebrar dos horas largas de película, que se reducen a una colección de anécdotas sueltas. La dificultad de vender al espectador una película como ésta es patente en la publicidad: ésta trata de convertir Prêt- à- Porter en un film policiaco, cosa que, desde luego, no es.
Altman da una visión corrosiva y amoral del mundo de la pasarela, al que acusa sin tapujos de frivolidad: sorprende por ello que muchos profesionales de la moda hayan colaborado en el film. Fiel a su marcado pesimismo, el director no salva a ningún personaje de la quema que organiza; ésta se completa con un exceso erótico final que pretende ser ingenioso. Ante tal ambiente degradado -simbolizado de modo agotador con excrementos de perro- Altman parece decir que sólo cabe encogerse de hombros y decir: «Así son las cosas».
José María Aresté.