Maisie, una solitaria niña neoyorquina de seis años, pinta en su cuarto mientras su madre Susana –estrella del rock– y su padre Beale –elegante y ocupado hombre de negocios– se gritan en el otro extremo de la casa. Maisie está acostumbrada a esas peleas. Hay un divorcio, y una lucha legal por la custodia de la niña, y una pelea marrullera utilizando a la niña, que irá de una casa a la otra, como arma arrojadiza.
What Maisie Knew (Lo que Maisie sabía) es una novela de Henry James que trata del drama del divorcio visto por una niña, víctima del egoísmo de sus padres. La novela solo tiene un punto de vista, el de Maisie. En la película no es el único, pero sí el principal y, sin traicionar a James, hay un toque final optimista.
La cinta no es un drama lacrimógeno, sino una versión, moderna pero bastante fiel, de la novela. Maisie es una niña normal, ni precoz, ni llorona, ni particularmente bella –aunque al final de la película parecerá la niña más guapa del mundo–. Eso sí, mira con atención y entiende mucho más de lo que los adultos creen, y no puede evitar juzgar; mientras, el espectador se pregunta “pero ¿no le importa a nadie?”.
Espléndida la pequeña Onata Aprile; aceptable Julianne Moore, no como estrella del rock, sí como madre egocéntrica; Steve Coogan, por su parte, es genialmente repulsivo en su soberano egoísmo y llega a inspirar lástima. Bravo a los directores, que han sabido cambiar al narrador de la novela por la mirada y los silencios de una niña.
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