En 2019, Jorge Coira (18 comidas) como director, y Pepe Coira y Fran Araújo como creadores, sorprendían con la serie Hierro, un thriller intenso y bien construido, cuya trama policíaca daba pie a profundizar en un buen puñado de personajes y a descubrir a los espectadores la, para muchos, desconocida y hermética isla canaria.
Con Rapa repiten esa exitosa fórmula, trasladada a su Galicia natal. El asesinato de la alcaldesa de Cedeira provocará una investigación policial en la que se verá involucrado un profesor de instituto (Javier Cámara) y una guardia civil (Mónica López). Firman la dirección de cuatro capítulos el propio Jorge Coira, y tres de ellos, Elena Trapé, que en sus primeros largometrajes ya había mostrado su madurez y personalidad (Blog, Las distancias).
La serie se desarrolla en seis capítulos con un guion muy bien trabado. Así como en la primera temporada de Hierro (ocho capítulos), la acción decaía en los últimos dos, en Rapa se mantiene viva y trepidante en todos ellos. El comienzo es dubitativo, se abusa de la cámara lenta y de algún pequeño tópico burdo sobre Galicia (que viendo la serie al completo bien podría ser irónico). Superada esa introducción, la trama se desenvuelve con más acierto, ahondando en cada uno de los personajes con tino y sutileza, especialmente en la relación entre los dos protagonistas. Son fantásticas, por autenticidad y construcción narrativa, las cenas en casa de uno y otro.
A pesar de la extrañeza inicial por contar con Javier Cámara (Venga Juan, Truman) inmerso en el entorno gallego, el personaje le viene como un guante. Da vida a un excéntrico y huraño profesor de instituto, que encuentra el cuerpo de la asesinada y decide emprender la investigación por su cuenta. A su vez, Mónica López, quien ya trabajó como secundaria con los hermanos Coira en Hierro, demuestra que merece más personajes protagonistas.
Movistar vuelve a apostar por una serie de calidad y a gusto del público, pocas semanas después de dar por completo en la diana con la segunda temporada de La Unidad. Y Jorge Coira se redime de su paso en falso con Código Emperador, con una nueva muestra de su habilidad para actualizar las claves del cine negro.