El director Vincent Ward («Mas allá de los sueños») vuelve al tema de la separación y la muerte con «River Queen». El argumento se ambienta en Nueva Zelanda, en el año 1868. Estamos en medio del conflicto colonial que enfrenta a ingleses con ciertas tribus maoríes que se resisten a la colonización de sus tierras. La vida de una joven mujer irlandesa, Sarah O’Brien, se desgarra cuando los maoríes raptan a su hijo y se lo llevan a su ignoto territorio. A partir de ese momento, Sarah comienza una búsqueda que le llevará siete largos años.
Esta película, con elementos de aventura y melodrama, aborda la cuestión de la intransigencia y el mestizaje. Aunque correcta en su realización y bien ambientada, la cinta no llega a conmover, ni por su puesta en escena ni por sus temas, obvios y manidos. Sorprende la aridez de una historia mal contada, falta de tensión y con giros grotescos y grandilocuentes Sin duda, lo más interesante es lo que tiene que ver con el vínculo materno y con la necesidad de pertenencia.
Juan Orellana