Hay ocasiones que un buen director, un buen reparto y una buena premisa no son sinónimo de casi nada. Y es el caso de Ruido de fondo. Noah Baucham está detrás de cintas tan interesantes como Historia de un matrimonio, Mistress America o Frances Ha. Adam Driver es un actor con carisma y Greta Gerwig borda los papeles de intensa con un par de traumas y, a pesar de todo, simpática. Por otra parte, si –a priori– alguien podía llevar a buen puerto la disparatada novela homónima de Don DeLillo era precisamente este trío. Y, sin embargo, la película naufraga. Sin paliativos.
Probablemente, la culpa no es de Noah Baucham, sino de un texto algo inadaptable. La historia de un matrimonio con cuatro hijos –de cuatro matrimonios anteriores–, acomodado y aparentemente feliz, pero con un pavoroso miedo a la muerte funciona bien literariamente gracias a la flexibilidad que proporciona una novela tan artificiosa como esta y a la brillantez de muchos de sus diálogos y reflexiones. Sin embargo, este mismo material trasladado a la pantalla grande resulta vacuo e irritante. Los personajes no provocan ninguna empatía y las idas y venidas narrativas –alargadas durante 136 minutos– terminan siendo agotadoras. Tratan de salvar el naufragio algunos momentos brillantes –como el flashmob final con el supermercado convertido en lugar donde los seres humanos buscan la salvación– y otros hilarantes dardos envenenados y las interpretaciones… pero son muchos minutos para tan poco resultado.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta