Director y guionista: Gian Paolo Cugno. Intérpretes: Alessandro Mallia, Enrico Lo Verso, Maurizio Nicolosi, Ernesto Mahieux, Galatea Ranzi, Gabriele Lavia, Lucia Sardo, Giancarlo Giannini. 90 min. Todos.
Amable producción de la Disney en Italia, pensada para el público familiar. Salvatore, un chaval de doce años huérfano de madre, pierde a su padre en un accidente. Así que el hogar en un pueblecito siciliano a orillas del mar queda reducido a su hermana pequeña, a la abuela inválida y a él mismo. Como ingresos sólo cuentan con la pensión de la buena anciana, pero Salvatore es un chico muy trabajador y responsable, una auténtica joya: él solito saca adelante el vivero de tomates que tenía su padre, sale a pescar, recoge moluscos, arregla motores Su maestro Marco está preocupado porque el chico anda tan atareado que no frecuenta la escuela; lo que podría llevar a actuar a la estrica asistenta social Laura, que por otra parte sólo desea lo mejor para Salvatore y los suyos.
El desconocido Gian Paolo Cugno debuta en la dirección con esta película bienintencionada y repleta de sanos valores, pero algo ingenua y empalagosa, con una banda sonora bonita pero omnipresente, que cansa. Se agradece su esfuerzo por inculcar al público la idea del amor a la familia, el valor del trabajo bien hecho, y la idea de ver personas en la gente que tratamos. Con críticas «no-salvajes» a la subcultura del móvil y el «chat», se pone el contrapunto de las actividades manuales o las tertulias familiares. Enrico Lo Verso compone bien al profesor implicado de lleno en la educación de su singular alumno, al que da vida con aplomo el debutante Alessandro Mallia. Y resulta especialmente divertido Gabriele Lavia, estupendo como director de la escuela. Les toca en cambio asumir los papeles más antipáticos a Galatea Ranzi -la asistente- y Giancarlo Giannini -un intermediario en la compra de tomates, sin corazón-, en los que van sobrados.
José María Aresté