El 20 de marzo de 2003 una coalición de países, liderados por los Estados Unidos, invadía Irak con el propósito de derrocar el régimen de Sadam Hussein. Unos meses antes, un diario británico hacía pública una filtración que sacaba a la luz la intensa –y no siempre limpia– batalla política para convencer al mundo de que aquello que empezaba era una guerra justa.
El australiano Gavin Hood (Espías desde el cielo, Tsotsi) dirige este thriller muy pegado a la realidad de los hechos. A lo largo de casi dos horas recorremos el calvario personal y judicial de una joven traductora de mandarín que, siguiendo su conciencia, hace público un documento oficial con la esperanza de detener la guerra. La película tiene el mérito de entrelazar bien los distintos conflictos que estallan a raíz de la filtración: en primer lugar, el de la filtradora, su marido y sus compañeros, pero también el de los periodistas que reciben el documento y el del grupo de abogados que defienden su causa. No es fácil manejar subtramas tan potentes sin que la película se desequilibre. En ese sentido, la cinta es un ejemplo de equilibrio.
Y no solo en lo narrativo, también hay un elogiable equilibrio en el tono. Estamos ante una cinta con un carácter de denuncia política muy fuerte y, sin embargo, no es una crítica chillona ni sectaria. No es una crítica que divida el mundo en buenos y malos sin matices, aunque haya gente que actúa bien y gente que actúa mal. Quizás precisamente el secreto está en un buen trabajo de construcción de personajes que ayuda a presentarlos como individuos: sin las etiquetas que suelen utilizarse en este género. También es muy interesante la manera de reflejar cómo se enfrenta cada uno a los dilemas de conciencia que sus profesiones y situaciones vitales les ponen por delante.
Para rematar una película notable, Gavin Hood despoja a Keira Knightley de maquillajes y mohínes y consigue su mejor interpretación hasta la fecha. En el resto del reparto hay un buen puñado de nombres –Matt Smith, Ralph Fiennes, Matthew Goode– de esos que siempre es un placer volver a encontrártelos en la pantalla.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta