Lamento tener que confesar que no sabría decir cuál es la trama de este segundo Sherlock Holmes. Solo se ve que Holmes y Watson galopan por Europa, pasan de Inglaterra a Francia, a Alemania, a Suiza… van a la caza del archienemigo de Holmes, el profesor Moriarty, el Napoleón del crimen. Todo ello sin orden ni concierto, sin explicación, sin gracia.
Tenía que pasar: tras el fenomenal éxito del Sherlock Holmes de Guy Ritchie, la continuación era inevitable. Pero así como la primera entrega sorprendió gratamente (Holmes y el cine se conocen desde hace más de un siglo, ha habido tantos éxitos como fracasos y la apuesta de Ritchie era osada), la segunda decepciona. Y no sólo porque en esta ocasión las expectativas eran muy altas, sino porque el producto es pobre. El guión es confuso, la historia empieza mal, resulta pobre la reentrada de personajes, son apresurados los cambios de localización, tan inexplicados como inexplicables, y hay muchísima acción acelerada que carece de interés.
Creo que el director y los montadores han intentado ocultar las vergüenzas del guión con carreras y explosiones, pero como nadie sabe qué está pasando y los personajes apenas tienen entidad, la película resulta fría y no capta la atención del espectador.