El enredo que se organiza en un matrimonio que se está divorciando cuando al marido le toca la lotería, nos va llevando por una trama ingeniosa y amena, amable y optimista.
Remake de una comedia francesa estrenada en 2002, a cargo del madrileño de 50 años Álvaro Fernández Armero, un realizador con mucha experiencia televisiva (Vergüenza, Sabuesos, Allí abajo, Doctor Mateo). La película tiene un buen reparto y un guion con chispa y gracia, con situaciones muy bien dialogadas en bellas localizaciones asturianas. Sobra una casposa zafiedad episódica que resulta muy molesta e irritante, entre otras muchas razones porque rompe el discurso de una historia llena de simpatía.