Vale la pena esta película, aunque sólo sea por su espectacular plano-secuencia inicial. En él, Brian De Palma condensa magistralmente la presentación de los personajes, los hilos dramáticos y el único escenario de este thriller trepidante, en torno al misterioso asesinato del ministro de Defensa de Estados Unidos durante un populoso combate de boxeo.
El resto suena a mil veces visto, pero se presenta con tal despliegue visual y sonoro que es imposible desconectar. El vibrante duelo entre Nicolas Cage y Gary Sinise aporta algo de hondura a este brillante ejercicio de estilo.
Jerónimo José Martín