Ricky y su mujer trabajan a destajo para salir adelante económicamente. Tienen dos hijos a los que apenas ven, una niña de unos diez años y un adolescente que comienza a dar problemas; están unidos y no tienen miedo al trabajo duro, pero eso no parece ser suficiente.
En su línea habitual de cine social, Ken Loach cuenta de nuevo la historia del honesto trabajador incapaz de salir adelante porque el sistema se lo impide. El círculo vicioso en el que el director y sus protagonistas se encuentran atrapados es instructivo y está bien contado, pero no deja de ser tremendamente reiterativo. Para quien lleve vistas varias películas del director es prescindible. Para quien se acerque por primera vez al cine de Loach puede ser interesante.