Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 96/14
El pequeño Oliver se ha mudado con su madre Maggie, que acaba de divorciarse y trabaja de auxiliar en un hospital, a su nueva casa neoyorquina. Aunque judío, acude a una escuela católica, donde el hermano Geraghty capta la atención de sus alumnos hablándoles de la santidad, y proponiéndoles un trabajo sobre el tema. No parece que el mejor modelo vaya a ser su desastrado vecino Vincent, improvisado canguro de Oliver por el horario laboral de su madre, que frecuenta la compañía de una “dama de la noche”, bebe, fuma y apuesta en las carreras de caballos. Aunque nunca se sabe.
Debut en el largometraje de Theodore Melfi, director y guionista, que imprime un aire “indie” al estil…
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