Director: Goran Paskaljevic. Guión: Filip David y G. Paskaljevic. Intérpretes: Lazar Ristovski, Jasna Zalica, Jovana Mitic, Danica Ristovski, Boda Ninkovic. 95 min. Adultos.
Serbia, invierno de 2004. Lazar regresa a casa tras diez largos años de ausencia, con una terrible guerra de por medio y la conciencia traumatizada por la parte que le tocó en la orgía de odio y venganza que, aún hoy, cuesta mucho trabajo entender que pudiese ocurrir en una Europa que cumplía 50 años de la II GM.
Lazar es un hombre diferente que ha recuperado su libertad y ha decidido liberarse a sí mismo de la pesada carga de su pasado y comenzar una nueva vida en un país que también parece desear avanzar hacia un futuro mejor. Al llegar a su casa, Lazar la encuentra ocupada por Jasna, una mujer que cuida con esmero a su hija Jovana, una niña autista de 12 años. Refugiadas de Bosnia, llevan un tiempo ocupando ilegalmente el apartamento de Lazar. Jasna también desea pasar la página de un pasado difícil, con un marido que nunca aceptó el autismo de su hija y las abandonó. Como no tienen adonde ir, Lazar no tiene valor para obligarles a marcharse. Poco a poco, entre estos tres seres marcados por los odios de una sociedad fracturada, surge una relación de afecto y comprensión.
Bellísima y sensible película del serbio Goran Paskaljevic (Belgrado, 1947), premio especial del Jurado y premio Signis en el último Festival de San Sebastián. El guión y la realización tienen gran nivel en una historia de gente sencilla que se ha confiado a un reparto muy poderoso. Hay secuencias muy vigorosas en las que cobra enorme importancia la presencia de Jovana Mitic, la niña autista a la que conocimos en San Sebastián. El sorprendente y durísimo desenlace se explica por el empeño del realizador en mostrar crudamente el autismo de un país, que después de salir del abismo, «ha permitido -dice- la vuelta al poder, por la puerta trasera, a las fuerzas de viejo régimen de Slobodan Milosevic».
Alberto Fijo