Esta serie israelí aúna las características de una ficción de espías con el drama interior de sus personajes antagonistas: una joven agente del Mossad infiltrada en Teherán y el jefe de la contrainteligencia iraní, Faraz Kamali.
Una de las claves del guion es dotar de humanidad a Faraz, a fin de eludir un cierto maniqueísmo, fundamentalmente mediante sus entrañables cuidados por su gravemente enferma esposa Naahid. “Se trata de comprender al ser humano detrás de tu enemigo”, en palabras de la productora ejecutiva Dana Eden. En el campo interpretativo, la segunda temporada juega la baza de contar, junto al veterano Shaun Toub en el papel de Faraz Kamali, con Glenn Close, que a sus 75 años asume por primera vez un personaje en el género del e…
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