La mutación de un hongo ha producido una pandemia que está llevando a la humanidad al borde de la extinción. Los contrabandistas Joel y Tess descubren a una adolescente a la que protegen en busca de un nuevo renacer del planeta.
The Last of Us es un ambicioso proyecto de HBO, adaptación de uno de los videojuegos más famosos y reconocidos de la historia, con un presupuesto estimado en 100 millones de dólares en esta primera temporada. Esta ficción deja claro desde el principio que pretende convertirse en la mejor versión cinematográfica de un videojuego. Una meta bastante asequible, dada la mala calidad de otras adaptaciones, pero que ha cumplido con creces. Para ello, HBO no solo ha partido de un videojuego cuyo guion es sobresaliente, sino que ha contado para dirigirlo con Neil Druckmann y con Craig Mazin, el creador de una de las mejores series de los últimos años, la inquietante y desasosegante Chernobyl.
En una sociedad en la que la supervivencia se encuentra por encima de cualquier valor moral, los personajes cargan con pesadas culpas que la serie va plasmando con valiosos flashbacks. Valiosos porque sirven para huir de una trama previsible de acción, sustos y desesperanza. Aunque la serie se toma algunas licencias, es fiel al videojuego (a la Parte 1 y a la precuela Left Behind). También en las concesiones a lo políticamente correcto, que ya estaban en las versiones originales. Bien es cierto que la historia de dos de sus personajes se dulcifica con una intención claramente propagandística, construyendo el capítulo más flojo de la serie.
El casting es uno de los grandes aciertos de la serie. El actor protagonista Pedro Pascal (Narcos, The Mandalorian) vuelve a estar imponente, y la joven Bella Ramsey, a sus 19 años, compone un personaje muy completo. A ese logrado nivel interpretativo, le envuelve una perfecta atmósfera musical del argentino Gustavo Santaolalla (ganador de sendos Oscars por Brokeback Mountain y Babel), y un diseño de arte y fotografía muy ambiciosos que ofrecen al espectador una representación impactante y creíble del mundo apocalíptico.