En un futuro no demasiado lejano, la ingeniería genética ha logrado detener el envejecimiento a los 25 años. Pero hay un problema: cumplidos los 25, a cada persona se le concede solo un año de vida; a partir de ese momento hay que conseguir tiempo. El tiempo es la moneda de pago: horas, días, meses cambian de mano; se trabaja a cambio de tiempo, hay bancos de tiempo, también hay policía del tiempo y criminales de tiempo. Hay ricos que gozan, ociosos, de una cuasi inmortalidad, y pobres que mendigan unos minutos.
Niccol, uno de los guionistas y directores más originales (El show de Truman, Gattaca, S1m0ne), vuelve a utilizar la ciencia-ficción para tratar temas de gran calado –los porqués y los cómos de la vida y la muerte– y otros más pegad…
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