Con su primer largometraje, el brasileño José Padilha ha obtenido un merecido Oso de Oro a la mejor película en la Berlinale. La historia tiene lugar en Río de Janeiro, en 1997. Con motivo de la próxima visita de Juan Pablo II a las favelas del cerro de Turano, a un oficial del BOPE (Batallón de Operaciones Especiales de la Policía) le asignan el mando de uno de los grupos que tienen la misión de limpiar de armas esa siempre conflictiva zona. El encargo llega al capitán Nascimento cuando atraviesa momentos difíciles por el estrés. Nascimento tiene que cumplir su misión, mientras intenta encontrar un sustituto, ya que su mujer está a punto de dar a luz y le pide constantemente que abandone su trabajo de primera línea.
No es la primera vez que el cine brasileño aborda la violencia relacionada con la droga en las zonas pobres de Río. La más conocida se estrenó en 2002, la tremenda Ciudad de Dios dirigida por Fernando Meirelles. Padilha, licenciado en Economía por la Universidad Católica de Río, ha sabido encontrar un punto de vista distinto, el de la policía, llevando al cine la novela homónima de Luis Eduardo Soares, André Batista y Rodrigo Pimentel. Pero conviene señalar que su historia tiene suficientes matices para convertirse en interesante porque hay policías corruptos y otros íntegros, y universitarios que van a las favelas a comprar la droga que venden en el campus pero también otros que prestan labores asistenciales en ONG.
La cinta, producida por los poderosos hermanos Weinstein, está muy bien rodada y es impactante en su retrato cercano de los ambientes criminales y policiales, y de lo que podríamos llamar las zonas comunes generadas por la corrupción. La verosimilitud debe mucho a los ex capitanes del BOPE Batista y Pimentel, que colaboraron con el sociólogo Soares en la escritura del libro. En el guión, junto al director han trabajado el citado Pimentel y el guionista de Ciudad de Dios, Braulio Mantovani, que probablemente ha aportado las secuencias más truculentas.
Una película dura, con una aire documental fruto de un azaroso rodaje, que se dispersa en la parte del entrenamiento de los aspirantes al BOPE y cobra fuerza cuando no se separa del personaje de Nascimento.