Benjamin Mee, aventurero periodista, tiene dos hijos pequeños y acaba de enviudar. Se le presenta la posibilidad de cambiar de casa. Pero la que le gusta tiene un pequeño problema: dentro hay un zoológico cerrado al público y al borde de la quiebra.
Cameron Crowe es un director endeble, incluso en su mejor película, la interesante Casi famosos. La adaptación de una novela autobiográfica la ha hecho él mismo con la ayuda de Aline Brosh McKenna (El diablo viste de Prada, Tentación en Manhattan) y el resultado es aceptable, aunque la impresión es que la historia se podía haber contado mejor y en menos tiempo.
Matt Damon está muy bien. Es un actor tan bueno, que te lo crees como asesino, como abogado, como policía, como vidente atribulado y como padrazo que cuida de sus niños pequeños y quiere hacerles felices. A su lado, Scarlett Johansson logra un papel relativamente normal, a la espera de volver a demostrarnos que la gran actriz que lleva dentro (La joven de la perla) pueda subir a la superficie, eligiendo bien los proyectos.
Ingenua, simplona, almibarada, Un lugar para soñar es una película nunca mejor dicho familiar, con una foto estupenda de Rodrigo García (Babel). La niña pequeña es muy graciosa, al menos en la versión original.